martes, 12 de diciembre de 2006

La imagen de ChilePrimero......



Cuánto alumbrará, creo que muy poco... ojala me equivoque, pero creo que este nuevo referente nació muerto.
La propuesta me parece bastante pobre además, bastante lejos de los intereses reales de la gente y especialmente, bastante lejos de los jóvenes y sus motivaciones.
En efecto, para encantar a los jóvenes con la política en esto de Chile Primero, primero que nada, estos dos parlamentarios deben hacer bien su pega, lo digo así, en ese lenguaje que le gusta usar al senador Flores. Eso Creo. Le invito a leer sobre este tema......
Me parece increíble que el senador Fernando Flores y el diputado Esteban Valenzuela, a estas alturas, crean en el Viejito Pascuero, que pierdan su tiempo y energías, en cositas pequeñas, campañas, iniciativas que no van a ningún lado, que solo les permite una cobertura publicitaria de corto plazo o salir del paso, digamos, apenas, en esta circunstancia.
Para hacer política de la buena, hay que ser político, hay que tener verdadero talento para ello, y en este caso, muy lamentablemente no lo veo, por ninguna parte.
Eso significa que en realidad, deben hacer el trabajo ese que hacen de los políticos, en este caso Primero, deben convencer a sus pares, para democratizar esta sociedad, en su más mínima y elemental expresión.
Para progresar deben hacer un trabajo político, en serio. Eso, antes de pensar en acercarse a los jóvenes.
Los jóvenes no son “tontos...” por decirlo de algún modo y no usar esa palabra tan chilena que le gusta usar a don Fernando Flores, incluso, en momentos quizás inoportunos... en fin.
Es muy básico que se preocupen y lo logren, de terminar con la binominal, ir a la inscripción automática de todos los chilenos mayores de 18 años e ir al voto voluntario. Eso creo facilitaría, como muy primera cosa, la posibilidad de involucrar, motivar y encantar masivamente a los jóvenes con la política.
Me parece increíble que el senador Flores y el diputado Valenzuela, no hayan tomado nota de este elemental y primer asunto. Eso es lo primero. Antes de hacer nada, creo deben logran eso. De otro modo tengo que preguntarme necesariamente, de qué nivel de políticos estas hablando, No se pueden ir de puras promesas. es que no se ha podido, ahora tampoco se puede, no pueder ser en realidad. Falta trabajo político.
No se pueden juntar con la derecha para las pequeñas cosas que convienen a ambos, se deben juntar para tratar lo que Chile necesita y lo primero es una real democracia.
Y para eso, en vez de vivir peleando con sus pares, al interior de nuestro partido, incluso, deberían trabajar con todos los político, para lograr tener lo Primero, que es precisamente eso.
Que la legislación, el ambiente y la imagen pública de los políticos y la actividad política invite y motive a los jóvenes a participar, a tratar de liderar nuevos sueños de futuro para el Chile que viene.
Nada de eso ocurre. Tampoco con estos líderes, digamos. Pasa exactamente lo contrario, entonces terminan por remar contra la corriente y eso en marketing y en marketing político, pasa a ser grave.
Si el buen marketing, no es nada nuevo, ni nada complicado, parte y trabaja, con el sentido común, con lo que es lógico, lo que es razonable, asunto fácil de entender para cualquiera, en cualquier tiempo.
No es cuestión de innovación, nuevas tecnologías y cuentos por el estilo, es como el hilo negro, sigue siendo muy útil y no lo vamos a reinventar ahora, precisamente.
Sin prestigio y alta credibilidad, no vamos a ninguna parte con los jóvenes. Me parece increíble que no lo sepan. Pero eso es así.
Otra cosa, creo no interesa a los jóvenes, a esos que ellos van a intentar meter en la actual ley no sienten cercanía con la política, toda vez que les impone obligaciones que hoy no tienen.
Entonces, cualquier otro cuento, sobre la posible participación políticade los jóvenes, va a volver a caer en el mismo vacío, en el que ya llevamos, casi 20 años.
Para donde van, realmente con este CHILE PRIMERO, no lo sé..... Así presentada la maniobra, me parece de muy bajo nivel, por decir lo menos..., porque electoral, que es una verdadera camisa de fuerzas, precisamente para tantos miles de jóvenes que para encantar a los jóvenes hay que disponer de un planteamiento serio, lógico, atractivo, que haga un real sentido.
Luego, políticos como don Fernando Flores, con sus acciones deben buscar prestigiar la actividad política, en todo momento, en todas sus acciones. Deben proyectar acciones nobles y positivas, lo que veo con mucha nitidez que no viene ocurriendo con don Fernando, precisamente.
Viene metido, en peleas chicas, descalificaciones personales, con motivo de su postulación al partido, donde no gana su presidencia y tampoco lo lidera, muy lamentablemente.
Lo mismo ocurre, con el senador por estos días, donde nuevamente, lo veo en la pelea chica, preocupado de descalificar a los suyos, por pequeñas posibles corruptelas. Todo eso creo no es hacer política, no es sumar, no es encantar a la gente, no es liderar, es pelea chica, muy desgastadora además.
Creo que al senador Fernando Flores, quizás sus emocionalidades, parece ser le juegan muy malas pasadas. Termina jugando de contrario, haciéndose el mismo, sus propios autogoles. Es increíble, pero así es.
Se desgasta y se desgasta, sin asunto. Pare ser que la ansiedad le jugara también muy malas pasadas. Es muy lamentable, para tanto talento, perdido, en este caso, pero así pareciera ser, en realidad.
Creo necesita una buena asesoría de marketing, requiere un asesor de imagen, necesita “un buen manager”. Eso creo. Por siaca, yo no estoy prestando ese servicio, lo digo para que no se confunda el lector. Podría hacerlo, pero no estoy en eso.
Agradezco los comentarios, en cualquier sentido, para provocar una interacción que nos permita avanzar sobre este tema aquí y discutir, incluso en discenso, de acuerdo con la invitación a la que se nos convoca...

jueves, 7 de diciembre de 2006

Partidos Politicos....

Sin partidos políticos la democracia no existe. Es más, cuando los partidos políticos funcionan mal la democracia también funciona mal. A menos que implementemos reformas para hacer más transparentes a los partidos políticos—especialmente en el financiamiento de las campañas—los escándalos de corrupción se convertirán en la norma de nuestra democracia.

Los partidos políticos son a la democracia lo que los hospitales a la sociedad. Los políticos son el equivalente a los médicos. La sociedad no quisiera tener que interactuar con ellos todo el tiempo. Pero cuando nos toca visitar a un médico, queremos que sean los mejores. Una sociedad con hospitales deficientes y malos médicos está destinada al fracaso. Lo mismo ocurre en países donde los políticos tienen mala reputación y los partidos políticos son insuficientemente transparentes. Cuando los partidos políticos no están funcionando bien y los políticos hacen más noticia por los escándalos que por sus contribuciones, el país sale perjudicado.

En la política, la oportunidad hace al ladrón. No debiéramos sorprendernos por los nuevos escándalos destapados en los últimos días. La legislación que regula el actuar de los partidos políticos y el financiamiento de las campañas es deficiente. Los bancos rinden cuenta a la Superintendencia de Bancos, las AFP tienen su propia superintendencia e incluso las Isapres rinden cuenta ante la superintendencia respectiva. Pero no existe una superintendencia de partidos políticos. El Servicio Electoral tiene limitadas atribuciones—y muy pocos recursos—para supervisarlos. La mayoría de los partidos políticos tienen mecanismos poco transparentes para escoger sus directivas y candidatos. La legislación sobre el financiamiento de las campañas privilegia el secretismo sobre la transparencia y no establece mecanismos adecuados de fiscalización. Como resultado, desde el hoyo negro que rodea buena parte del financiamiento de la política regularmente emanan escándalos de corrupción. Es cierto que la reforma negociada entre la Concertación y la Alianza en 2003 introdujo algo de transparencia al sistema. El financiamiento público parcial a las campañas y un tímido mecanismo para inducir a una mayor transparencia en el financiamiento privado constituyó un paso—insuficiente—en la dirección correcta.

Pero los escándalos de Chiledeportes y Publicam han dejado en claro que se debe hacer mucho más.

Una de las principales razones del éxito de Chile desde 1990 ha sido la calidad de la clase política. A menos que tomemos las medidas necesarias para regular y transparentar adecuadamente la actividad política—especialmente el financiamiento de las campañas y los filtros de selección de líderes y operadores en los partidos—todo el país terminará pagando las consecuencias de tener un gobierno sin una clase política proba. Porque el país necesita buenos hospitales y excelentes médicos, es urgente crear una nueva ley de Partidos Políticos con adecuadas atribuciones y suficiente financiamiento.

viernes, 1 de diciembre de 2006

Se Necesitan Jovenes.......



Se necesitan jóvenes en Chile que tengan los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas, capaces de soñar, sin miedo a sus sueños.

Personas determinadas que nunca desistan de construir su destino y arquitectos sus vidas. Que no teman a los cambios y sepan sacar provecho de ellos. Que transformen su trabajo en objeto de placer y de realización personal. Chilenos con dignidad, que se conduzcan con coherencia en sus discursos, sus actos, sus creencias y sus valores.
Personas que perciban, en la visión y en la misión de sus empresas o carreras, un fuerte impulso para su propia motivación. Se necesita de chilenos que cuestionen, no por el simple hecho de hacerlo, sino más bien por la necesidad íntima de aplicar las mejores ideas.
Personas que muestren su fase serena de aliados fraternos. Sin mostrarse superiores o inferiores, pero.....iguales. Se necesita jóvenes, ávidos por aprender y que se enorgullezcan de absorber lo nuevo.
Personas con coraje para abrir caminos, enfrentar desafíos, crear soluciones, correr riesgos calculados, sin miedo a errar. ¿Por qué cometer los mismos errores, si hay tantos nuevos errores por cometer? Se necesita de personas que construyan sus equipos y se integren en ellos. Que no tomen para sí el poder, pero si sepan compartirlo. Personas que no se encandilen con su propio brillo, pero si con el brillo del resultado del equipo.
Se necesita de personas que logren ver los árboles, pero que también presten atención a la magia del bosque. Que tengan la percepción de todo y de cada parte.
Seres humanos justos, que inspiren confianza y demuestren lo mismo con sus aliados, estimulándolos, energizándolos, sin recelo a que le hagan sombra, y sí, enorgulleciéndose de ellos. Se necesita de chilenos que creen en torno de sí un ambiente de entusiasmo, de libertad, de responsabilidad, de determinación, de respeto y de amistad.
Se necesita de seres menos racionales que comprendan que su realización personal está estrellada en sus pasiones y en sus sueños. Se necesita de chilenos que sepan administrar cosas y liderar personas.
Se necesita urgentemente de un nuevo joven, de un nuevo chileno emprendedor que diga.
!ESTOY PARA SERVIR!

Algunas Locuras...

Chile y la JPPD......

Desde la vuelta a la democracia, al interior de la JPPD se han escrito miles de páginas con ideas y propuestas. Todas destinadas a la elaboración de un Proyecto o un Programa para el PPD y Chile. Muchas de ellas también se escribieron para dejar sentadas las ideas y propuestas del PPD en los Programas de cada gobierno de la Concertación. Y todo esto no sólo a nivel nacional sino regional e incluso local. ¿Existe memoria institucional de todo eso, valoración histórica de las miles de horas consumidas en reuniones para pensar Chile, algún archivo que junte los papeles perdidos de todo ese trabajo, que bien o mal, encarna el sueño de democracia de miles de gentes? Que se sepa, en ninguna parte. Lo mismo ocurre en todos los partidos de la Concertación. Hay ahí una prueba del desprecio tecnocrático por el valor de la política, aunque ella esté revestida de toda la dignidad del conocimiento. Eso es desvalorización de la política.

Muchas de las cosas pensadas se plasmaron en la realidad. Como programas ministeriales concretos o simplemente como conceptos gravitantes del discurso político de la Concertación y de sus Gobiernos. Otras, tal vez demasiadas, terminaron en el olvido de dirigentes y gobernantes. Ya sea porque según algunos, otra cosa es con guitarra, y los programas sólo son argucias del momento electoral y no generan ningún vínculo de compromiso entre un líder y su base de apoyo

Lo que francamente resulta indignante al interior del partido es que aún haya dirigentes que tuvieron - o tienen- responsabilidad de negociación y vocería durante más de 10 años, que se atrevan a afirmar que el ppd “no tenemos ideas”. A lo que a veces algunos agregan que la Juventud está agotada y no tiene salvación.

Es una postura indignante porque, montados muchas veces en ideas ajenas, y profitando de ese trabajo anónimo de miles de militantes, que luego ni siquiera tienen la hidalguía de reconocer que existió, han mantenido un núcleo de privilegios que los transforman en una oligarquía que se reproduce al amparo del Estado, sin otro horizonte que la conservación de sus privilegios. Jamás van a reconocer que es a ellos a quienes les faltan las ideas, y que muchas veces se encuentran articulados en torno a una omertá política casi mafiosa, que sólo tiene ejercicio de poder desnudo de ideas.

Ese extraño mal de silencio de nuestros dirigentes se parece demasiado a la sentencia de un personaje de La Silla del Aguila, la novela de Carlos Fuentes: para un político es regla de oro no dejar nada por escrito. No solo lo propio, sino también lo de los otros, no sea que se descubra que sí había ideas y no supo como gobernarlas.

Esta incapacidad de hablarle a la sociedad, o simplemente de ignorarla, es causa fundamental de la crisis de la política y de la desafección ciudadana. Porque es el indicativo mayor de que fue la elite política la que primero expresó desafección por la gente y sus sueños, y envió a la sociedad a buscar la felicidad en los malls y en las tasas de interés. Y si bien la economía es importante, nunca tanto como para que la gente se enamore del PIB.

La primera y fundamental crisis interna de la Juventud PPD es la falta de pensamiento y práctica democrática, que lo inhabilitan para ser un “intelectual orgánico” transparente capaz de asumir un liderazgo social sin complejos y con evidente vocación de mayoría.

2. El valor del trabajo colectivo en la JPPD y nuestro proyecto de país.

Hoy la reflexión y el debate se hacen más necesarios que nunca, pero nos asalta la duda ¿Si volvemos a trabajar esta vez nos “pescarán”?. Ganas no faltan... Sino porque además, la tarea de una sociedad más igualitaria, transparente y democrática tiene todavía mucho camino por delante.

Pero el problema es que nuestros dirigentes solo responden cuando alguien les pregunta algo, solo re-accionan, y no transmiten claridad estratégica acerca de lo que los Jóvenes del PPD proponemos al país.

Chile está en un momento de cambio estratégico como país. No se trata de la antigua discusión interna entre la autocomplacencia sobre lo hecho y la receta del más de lo mismo, y el sentido profundo del malestar democrático que expresa el militante” o las versiones más extremas de la autocrítica PPD del llamado campo de los autoflagelantes.

La discusión de hoy es diferente. Existe la necesidad de repensar nuestra concepción del país que tenemos para aprovechar y darle sentido estratégico a lo que hemos hecho y pasar al país que queremos. Porque, con aciertos y errores, la Concertación ha conducido un ciclo importante de nuestro desarrollo como país y lo ha hecho bien. Pero esos éxitos, fracasos o renuncias, no tendrían sentido si no fuéramos capaces de volver a imaginar el futuro. Ese es el sentido de un PROYECTO PAIS.

El Gobierno de Lagos cerró definitivamente el ciclo de la transición en el imaginario de la estabilidad democrática de Chile. Aunque en términos prácticos se pueda sostener que ella concluyó hace varios años. Lo cerró como un gran y exitoso gobierno de un PPD, que termina con la política de exclusiones y campos vedados a la izquierda en la administración del Estado, que la tragedia de 1973 había levantado como cortina ideológica en nuestro sistema político. Tanto fue el éxito, que una mujer socialista se levanta como uno de los principales rostros de la coalición gobernante. No existen más cargos que no puedan ser ocupados por ppd en la conducción del Estado de Chile. Aunque el peso de la noche empañe cada cierto tiempo el raciocinio político de la derecha llevándola a persistentes diatribas y presiones ideológicas de desestabilización de nuestra institucionalidad. Quizás si uno de los puntos más débiles de todo el proceso democrático actual, sea no contar con un pensamiento de verdadera convicción democrática que sea mayoría política en el campo de la derecha chilena.

Pero el 2010 asumirá un nuevo Presidente de Chile, que bajo nuevas premisas y condiciones, deberá introducir definitivamente al país en el nuevo siglo. El Segundo Centenario de nuestra República, la historia se nos presentará no sólo como memoria, sino como bases del futuro de nuestro país. Los Jóvenes del PPD tenemos la obligación de pronunciarnos acerca de lo que pensamos debe ser ese futuro.

Estabilidad institucional e igualdad social

El éxito y la estabilidad de nuestra economía, tan reconocidos internacionalmente, deja como contrapartida una deuda de igualdad política y social que resulta intolerable hacia el futuro. Que ello se pueda superar sólo con altas tasas de crecimiento, es someter la justicia social a las reglas de la espontaneidad y la política del chorreo, y no a los valores y acuerdos sobre la distribución de la riqueza, que son la base de legitimidad de una República democrática. Es necesario habilitar un modelo social y económicamente integrador, que haga de la ciudadanía y la igualdad política la expresión sana de la equidad económica. En la era de la información y la sociedad del conocimiento, como será el Siglo XXI, ello no es posible sin una profunda revolución educativa. Que permita un salto cualitativo de las capacidades sociales, bajo las reglas de la mayor igualdad, información y transparencia. Ello implica masificar la educación superior, generar pautas públicas de igualdad en materia de calidad, y prácticamente, bajo un sistema republicano de emulación entre ellos, pagarles a los jóvenes para que estudien. Y no transformar la distribución del bien Educación entre la población en un sistema de acceso discriminado por razones económicas.

Convicción democrática

Para sostener ese horizonte la guía debe ser una profunda convicción democrática. No como un ejercicio declarativo de adhesiones públicas al funcionamiento sano de las instituciones. Sino como un testimonio vital y permanente de valores democráticos, que se viven y se practican con honestidad, tanto en la vida pública como en la privada. La rutinización de la figura autoritaria en el funcionamiento de nuestro sistema político demuestra un abandono y una derrota. La sociedad chilena se ha acostumbrado al ejercicio del poder sin consulta. A una especie de binominalismo mental, donde todo está fríamente calculado desde antes, las soluciones son negociadas, y las opiniones disidentes disciplinadas desde las cúpulas. Y ello se debe en gran parte a las prácticas y actitudes de la elite política. Transparencia, elección directa, responsabilidad y control social deben ser reglas cardinales de nuestra democracia.

Un país sustentable, no es solo un problema de producción limpia. Es un concepto y un valor para un país como Chile en la sociedad globalizada. El aprovechamiento real de las ventajas estratégicas logradas por nuestro despliegue comercial en diferentes partes del mundo, dependerá de nuestra capacidad de agregar valor a nuestra economía certificando a Chile como un país verde. Que es, por lo demás, el expediente de mayor potencialidad para aumentar valor en nuestra economía, de acuerdo al tipo de productos que exportamos. Nuestra dimensión de escala económica y la mala distribución del ingreso hacen de nuestro mercado interno una palanca insuficiente para sostener políticas de innovación tecnológica. A menos que estén orientadas a blindar lo que ya existe con una calidad nueva: sustentabilidad ambiental. Ello implica mirar nuestros recursos y nuestro territorio de una manera integral, y desarrollar una administración basada en las regiones, a una velocidad nueva, y con la clara conciencia que somos una economía vuelta hacia el mundo, por lo que nos interesa la estabilidad, la paz y la cooperación en el ámbito internacional.

Pero al vivir la sociedad globalizada, debemos ser dignos y autónomos. Sobre todo a la hora de confrontar nuestra visión del mundo y nuestros intereses, con la realidad imperante en el medio internacional. Sostenemos como intangibles entre otros, los principios de la autodeterminación, la paz y la cooperación, la no agresión, la prohibición del uso de la fuerza en los conflictos y controversias internacionales, o su empleo legítimo y controlado de acuerdo a las normas de la ONU, la existencia de derechos humanos que no pueden ser violados por nadie y la voluntad de perseguir y castigar o acatar el castigo que se imponga por un tribunal a sus violadores. No hay compensación u omisión posible frente a quien viola estos principios. Un país digno y autónomo que se guía por tales valores no significa un país autárquico. Chile es un país que precisa de sus vecinos y de un ambiente internacional de cooperación y confianza. Por ello debe expresar una política exterior más amable, de mayor sensibilidad cultural, y con una vocación permanente a la creación de confianza.

Pero la dignidad nacional frente a otros no existe cuando omite la dignidad de los propios al interior del país. De las minorías, los pobres, los marginados. Nuestro concepto de la seguridad es la Seguridad Humana, y solo son dignos y autónomos aquellos países en los cuales todas las personas tienen la oportunidad de una vida decente.

Política de alianzas: El valor de la Concertación y la sociedad decente

La mayoría de los Jóvenes del PPD no creemos en la inmutabilidad de la Historia…
Nuestra lucha por la igualdad y por una sociedad decente, en la cual las instituciones no humillen a las personas, se nutre del más profundo humanismo y convicción de libertad. Provenimos de diferentes corrientes, laicas o cristianas, que creen que en una sociedad democrática no pueden existir privilegios. Y que una fuerza política, además de mayoría social debe ser también una fuerza cultural capaz de influir en la manera como la gente percibe su vida, sus valores y su bienestar.

Creemos que la Concertación de Partidos por la Democracia ha sido la muestra más potente de la Historia de Chile de que una alianza política amplia, con convicción y confianza, puede cambiar el sentido de la historia nacional. La recuperación de la democracia y los cambios introducidos en la gestión del gobierno y la sociedad, hacen que Chile sea hoy un país no sólo de democracia recuperada y un alto crecimiento económico, sino un país parado de manera expectante frente a su desarrollo y progreso social. Pero sabemos que, al mismo tiempo, somos un país de muchas injusticias. Que el temor por el futuro se apropia de la clase media y los más pobres de nuestro país, haciendo de la incertidumbre el mal que corroe nuestra cohesión social. La historia política de la humanidad da múltiples ejemplos de que cada vez que el temor se apropia de las mentes de la gente, o la desconfianza y el desprecio por la vida pública se hacen un hecho corriente en la sociedad, se abren las compuertas al populismo y a las reacciones autoritarias.

Este es el momento de asumir una nueva tarea. Poner a Chile como un país de alto desarrollo humano en los años futuros. Capaz de sostener un ritmo de crecimiento cultural, político y social de igual o superior magnitud que el económico, y con tranquilidad y felicidad para su gente. Para ello, ya hicimos del despliegue inicial de nuestra potencia como país, vencimos la inercia de la geografía, el bloqueo más duro del autoritarismo y el aislamiento internacional por la falta de democracia. Ahora corresponde dar el salto en la calidad de la democracia. Y eso es invertir en la gente. Sólo la Concertación, con sus contenidos humanistas que conviven en su mundo interior, puede hacerlo. Debemos volver a la gente, no ya para convocarla a una nueva epopeya política pues no tenemos un dictador ni su amenaza al frente. Sino para convocarla a una gesta mucho más humana, que no tiene la urgencia ni de la muerte ni del miedo, que es la calidad de vida de la propia gente. Que sí tiene la urgencia de la decencia y de la felicidad, porque somos Jóvenes PPD por humanismo y amor a la gente, y no por una oscura razón de poder.

La Juventud que Queremos.....



Las Políticas públicas de la Juventud del PPD, entendidas como un instrumento destinada a garantizar una integración plena y efectiva del mundo juvenil, en los procesos de desarrollo y transformaciones que el país esta viviendo, son muy recientes.

Lo mismo sucede con el conjunto de temas denominados “emergentes”, los que dada su complejidad y atomización, están demandando de nuestra juventud un esfuerzo mayor al que se había desplegado tradicionalmente.

Hoy en día no solo basta implementar propuestas que estén dentro del contexto de una política social general; es preciso orientar muchas de estas acciones sobre la base de los sueños y los criterios de pertenencia y calidad.

Nuestra juventud debe dar un paso importante en este aspecto y el crear una estrategia de desarrollo nacional con la participación de todos los militantes y adherentes, ¡es fundamental! Con esto debemos determinar el sentido en el cual deben transitar nuestras voluntades y esfuerzos para permitir un crecimiento con sentido, que podamos fortalecer nuestros aciertos y enfrentar nuestras debilidades, porque cada ves que hablamos de crecimiento, algunos piensan en inflar el padròn par alas próximas elecciones.

Esto tendrá valor si somos capaces de traducir este desafió no solo en materias vinculadas a los jóvenes, de por si importantes y necesarias, sino también en aquellas temas que tienen una proyección mucho mas directa.

Por este motivo quiero reafirmar con mucha energía, que el crecimiento y el desarrollo de la JPPD, tiene sentido cuando están destinadas a garantizar la dignidad de la persona humana; y esto involucra un compromiso no solo institucional y político, sino también moral.

Para ello los jóvenes del PPD, debemos dar la mayor importancia a nuestros sueños los cuales deben reflejar el chile distinto que queremos, como un proyecto colectivo y de calidad, solo asi podremos ser el presente y el futuro en un mundo distinto.